El rincón del pediatra

Dr. Fernando García-Sala Viguer | Pediatra colegiado Nº 7565

La conjuntivitis es el termino que se utiliza para indicar que existe una inflamación de la conjuntiva del ojo, de la parte blanca del mismo producida por una infección de etiología bacteriana o vírica diversa o de una alergia que ocasiona el enrojecimiento de la zona.

Como he dicho, las causas son diversas. Cronológicamente, en el recién nacido nos podemos encontrar con la denominada neonatal que puede afectar al 10% de los recién nacidos ocasionada en muchos casos por la profilaxis ocular que se administra a los recién nacidos en el paritorio para prevenir la oftalmia neonatal causada por el germen productor de la gonorrea en la mujer y que el feto se puede contagiar al pasar por el canal del parto. En otras ocasiones diversas bacterias son las causantes del cuadro oftalmológico. En la época de lactantes deberemos de vigilar además de los gérmenes habituales, la presencia de un herpes simple que puede ser el causante aunque también es verdad que se suele acompañar de infección de la piel y de otras mucosas. En el niño más mayorcito, nos encontramos con los adenovirus que son los responsables de la mayor parte de conjuntivitis en los meses de otoño e invierno provocando la triada típica de conjuntivitis, faringitis y fiebre.

Clínicamente se manifiesta por un enrojecimiento conjuntival con secreción purulenta, en ocasiones edema de los párpados y presencia de alguna adenopatía que nos podrá aclarar el diagnóstico infeccioso de la misma. Puede ser uni o bilateral y la clínica es mucho más evidente al levantarse por la mañana. Es muy importante el evitar tocarse los ojos y no llevarlo a la escuela por el gran poder contagioso del cuadro.

El diagnóstico bacteriológico mediante frotis y cultivo de las secreciones es fundamental si la conjuntivitis no mejora en 5 días. Antes no se suele realizar, solo con la clínica es suficiente para iniciar el tratamiento. Lo que sí que es importante es el diagnostico diferencial con los virus y alergias, para evitar iniciar un tratamiento antibiótico local que no estaría indicado. Lo normal en las de causa alérgica es que coexistan con picor, lagrimeo, fotofobia (les molesta la luz) y suelen aparecer en primavera o verano. Importante es comentar aquí las conjuntivitis denominadas de las piscinas ocasionadas por contaminación bacteriana del agua o por los componentes químicos tratantes de la misma como el cloro, recomendándose el uso de gafas acuáticas para impedir el contacto del agua con las conjuntivas.

El tratamiento de la conjuntivitis consiste en la instilación de gotas en forma de colirio con el antibiótico adecuado según la edad y sospecha clínica del cuadro, siendo muy importante seguir unas recomendaciones básicas como son el intentar no frotase los ojos, sobre todo con las manos sucias, el limpiar las secreciones con una gasa utilizando suero fisiológico o agua de manzanilla que además de limpiar, aliviará el escozor de la zona. Limpiar siempre desde el polo interior del ojo hacia la parte externa para evitar acumular la suciedad en la zona del lacrimal. En caso de sospecha de causa alérgica, deberemos de intentar averiguar el agente causante para evitarlo, además serán útiles los antihistamínicos y en algunos casos precisaremos el empleo de corticoides.

Si una conjuntivitis que no mejora con el tratamiento, nuestro pediatra solicitará un frotis de las secreciones del ojo y nos remitirá al oftalmólogo que será el profesional encargado de tratar las conjuntivitis más rebeldes al tratamiento habitual.